martes, 16 de abril de 2013

Cerca de 39.000 familias perdieron su casa hipotecada en 2012


La crisis sigue sin darnos un respiro, y el tema de la dación en pago y los desahucios sigue de plena actualidad. Está previsto que hoy haya una reunión a puerta cerrada en el Congreso para debatir el proyecto de ley de medidas urgentes para reforzar la protección a los deudores hipotecarios y la posibilidad de incluir la dación en pago.

La semana pasada la Junta de Andalucía decidió aprobar una normativa autonómicapara evitar los desahucios, permitiendo a las familias que cumplan una serie de requisitos beneficiarse de la expropiación temporal de la vivienda por parte del gobierno andaluz. No es de extrañar que hayan sido los primeros en reaccionar ya que 7.258 familias andaluzas perdieron su hogar el año pasado.

El PSOE ya ha planteado una enmienda a la ley estatal para que incluya lo regulado en Andalucía, pero será difícil que se apruebe. En cualquier caso, habría que conseguir un consenso para que se defienda el derecho a la vivienda, tal y como recoge la constitución.

Las cifras de 2012 no dejan de ser escalofriantes. El Colegio de Registradores informa que 38.796 familias no pudieron hacer frente al pago de la hipoteca de su vivienda, que pasó a manos de los bancos. Aún más triste es saber que el 77% de estas eran una primera residencia familiar.

El boom inmobiliario en el territorio español ha acabado pillando las manos de muchos, que en su momento pensaban hacer un buen negocio al comprar su casa.

Y todo apunta a que puede ser sólo la punta del iceberg. Las entidades financieras registraron 65.778 procesos de ejecución hipotecaria el año pasado, de los que muchos están aún por resolver.

Pero no todo son malas noticias, ya que la banca, a pesar de ser reacia, aceptó 14.229 daciones en pago en 2012. Aunque hay que tener en cuenta que parece que los bancos son más dados a aceptarla si el propietario es extranjero: 38,7% de los casos.

Veremos cómo evoluciona la situación. Evidentemente la dación en pago no solucionará el problema, ya que las familias se quedarán sin vivienda igual; y a los bancos no les interesa porque su stock de ladrillo no tiene salida.

Quizás se pueda llegar a algún tipo de acuerdo que permita que las familias salgan beneficiadas, se puedan quedar en su casa y vean refinanciada su casa, en mejores condiciones económicas de las pactadas, y a las que no pueden hacer frente. ¿Una quita es posible?




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