Las
entidades sociales están alarmadas
ante el nuevo recorte anunciado por el Gobierno a la ley de la dependencia, que abocará a muchas familias a un copago difícil de asumir en muchos
casos.
"Durante
los últimos años ya se han quedado muchas personas
sin atender y con este recorte
aún habrá más familias y usuarios que no cobrarán nunca ninguna ayuda",
según han declarado desde la Taula del Tercer Sector, una plataforma que reúne a más de 4000 entidades.
Reina
la incertidumbre sobre la aplicación
de esta medida, pero el temor se ha
apoderado de muchas familias, que creen que pueden llegar a perder parte de la
prestación que tanta falta les hace. ¿En qué situación puede dejar esto a miles
de familias?
José
Alberto Echevarría, presidente de la FED, Federación Empresarial de Asistencia a la Dependencia, expuso hace unos meses que hay "un millón de personas
que dependen de la ley, que nos necesitan para levantarse, para asearse, para
comer, nos necesitan para realizar las actividades básicas de la vida
diaria".
Ante
esta situación, y el indignante problema del paro, me pregunto: ¿por qué los políticos no llegan a un pacto de estado para sacar el país adelante y se acuerdan de
cuidar de los más necesitados?
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